sábado, abril 22, 2006

"Matchpoint", el partido arreglado



La aventura europea de Woody Allen da como resultado la historia de un arribista en clave de tragedia griega. En "Matchpoint" podemos ver como un chico de origen humilde Chris (Jonathan Rhyn Meyers) incursiona en el mundo de la clase alta inglesa, un escenario que no le es del todo extraño porque su pasado como tenista internacional (el deporte de los ricos) ya le ha permitido codearse con ella. Es así que de manera sutil, observamos a este personaje acostumbrado a guardar la frialdad en momentos de tensión participar en una competencia en la cual tendrá que enfrentarse a un rival de fuste, Nola (Scarlett Johanson), otra arribista como él. El drama de Chris empieza a desarrollarse cuando se va desvelando que Nola tiene todas las características necesarias para provocar que no alcance su objetivo: la tranquilidad económica. A pesar de que el ex tenista tiene todo lo necesario para ganar, la sensual aspirante a actriz es quizás una de los pocos rivales que lo puede hacer perder (hasta la cabeza). Es realmente placentero apreciar cada escena en la que los arribistas se encuentran, una réplica de un partido de tenis en el que la sucesión de golpes no deja a ningún jugador bien parado. Un encuentro que se sazona gracias a las diferencias entre ambos, mientras Chris es un encantador de serpientes que confía en los golpes de suerte, Nola es una manipuladora que prefiere no dejar ningún detalle en manos de la casualidad. Es así que ante semejante duelo, uno espera un final justo y no uno logrado a través del "Deux ex machine" que nos concede el dios Woody. Allen no es capaz de separarse de las viejas tradiciones griegas y le concede el matchpoint al personaje que le parece más simpático a través de una trampa en la dramaturgia, dejándonos el sabor de un resultado arreglado no propio de un partido en el que ambos competidores terminaron empapados.
p.d. Un dato adicional, los fans de Scarlett Johanson apreciarán en demasía la película, la comprarán en pirata para verla a cada rato y envidiarán con furia a Jonathan Rhyn Meyers.