Very superstitious (parte dos)
Un tal Bruno Rivas, en parte amargo con el remedo de entrenador y en parte ocupado en sus divagaciones personales, se negó a ver el partido de la selección peruana que toda la redacción del periódico observaba con detenimiento. Culminado el primer tiempo, los sufridos hinchas aplaudían, suceso que nuestro protagonista tomó como señal propicia para abandonar su centro de labores. Algunos de los presentes le pidieron que no se fuera y se quedara a contemplar el segundo tiempo. El personaje central de nuestra historia no hizo caso y pensó para sus adentros que apenas pisara la calle, empezaría la debacle. Rápidamente la idea se le fue de la mente y empezó a creer en un buen resultado de la oncena nacional. Paró a un taxi que le ofreció cobrarle cinco soles para llevarlo a la casa de sus padres. Le pareció un precio razonable y subió con una sonrisa al vehículo. Quería llegar rápido para observar con detenimiento el segundo tiempo que empezaba mientras él se acomodaba en el asiento. El taxista conversador empezó a hablarle de las bondades de la selección y de las posibilidades de llegar a los penales. Nuestro héroe estaba feliz, confiado, sonriente ....!Goooollll!!!!! ....!Goooolll argentino!!!! Riquelme!!!! Ta que chesss!!!!!p.d. el taxista casi me bota del carro
2 Comments:
Existe manera de decirle públicamente a Uribe que es un remedo de entrenador y que su ego no quepa en él mismo y que sus "concectos" están un poco errados, y que hay una palabra clave para mejorar en la vida que es la autocrítica y que sus bondades de entrenador son tantas como la de llevar a sus allegados o ayayeros a la selección... qué mas da, como siempre un bluff más.
Pero de mi corazón y a pesar de que ese señor me parece un mediocre justificado por otro mediocre como juvenal nunca dejaré de decir: ¡Arriba Perú Carajo!
Olvidémonos de Uribe, trabajemos con menores... no hay otra forma. Que no se juegue más el torneo peruano y que todos se vayan a jugar a otra parte porque si no los Pedro García, los Villamarín y los Zuñiga van a seguir saliendo y van a ser muy estrellas y muy adorados por nuestra prensa local... para después, a la hora de jugar con la selección, volvamos a tener otra decepción cuando ya nos creíamos campeones de América. Se nota mucho la diferencia entre quien juega en el torneo local y quien juega fuera.
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