domingo, mayo 14, 2006

Dave Eggers

LO QUE SIGNIFICA QUE UNA
MUCHEDUMBRE DE UN PAÍS LEJANO
ATRAPE A UN SOLDADO QUE REPRESENTA A
TU PAÍS, LE DISPARE, LO SAQUE A RASTRAS
DE SU VEHÍCULO Y LUEGO LO MUTILE
ENTRE EL POLVO (*)
Un hombre sentía una gran inquietud. Sentía ansiedad y desasosiego. Eran sentimientos desconocidos para él. Nunca había experimentado ese hastío insondable, pero llevaba un año sintiéndolo. A veces sencillamente estaba paseando alrededor de casa, incapaz de decidir por qué estaba tenso exactamente. El día era claro, brillaba el sol, todo iba bien, pero él andaba sin parar. Se sentaba a leer un libro y enseguida se levantaba pensando que tenía que telefonear. Una vez al teléfono, caía en la cuenta de que no tenía que llamar a nadie pero que tenía que inspeccionar una cosa que había al otro lado de la ventana. En el jardín había algo que tenía que arreglar. Tenía que conducir a donde fuera, tenía que dar una vuelta. El hombre había visto la fotografía esa mañana, en el diario. Había visto la fotografía del cadáver del soldado en el suelo, bajo la camioneta. El uniforme era oscuro, el del soldado, y el cadáver yacía de espaldas con las botas, casi blancas al sol del mediodía, apuntando hacía arriba. Mientras el hombre estaba cómodamente sentado en su casa, con unos calcetines cálidos en los pies y bebiendo zumo de naranja de un vaso pesado y viendo al muerto en la fotografía en color. La imagen le cortó la respiración, a solas en casa. Examinó la fotografía en busca de sangre: ¿dónde habían disparado al soldado? No se veía sangre. Pasó la página, intentó seguir adelante, pero pronto regresó a la fotografía y miró si el encuadre incluía a algún ciudadano del país lejano. No los había. El hombre se levantó. Contempló el humo que emitía una fábrica en el horizonte. ¿Por qué se sentía perturbado? Se sentía pegado, robado, violado. Si matasen y mutilasen a un soldado en su propio país, el hombre no sentiría la misma repulsión. No se siente así cuando se entera de que han chocado dos trenes o que en Missouri una familia se ha ahogado dentro de su monovolumen en un lago en diciembre. pero esto, en otra parte del mundo, este soldado arrastrado fuera del coche, este soldado solo, su cuerpo muerto sin rastros de sangre en el suelo y bajo una furgoneta... ¿por qué le pone los pelos de punta, por qué lo siente como algo tan personal? Ahora el hombre se siente así en casa demasiado a menudo. Se siente como excavado, recubierto, desecado. Sus ojos notan la tensión de tratar de ver en la oscuridad durante demasiado rato. El hombre está contemplando el humo de la fábrica y, aunque ese día podría hacer infinidad de cosas, no hará ninguna de ellas.

(*) Dave Eggers, "How we are hungry", 2005.

1 Comments:

At 8:49 p. m., Blogger julio ubillus said...

Con el libro de Cheever me trajeron también el AHWOSG de Dave Eggers (su primera novela); qué coincidencia que estemos leyendo cosas parecidas por estos días.

 

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