viernes, diciembre 01, 2006

En diciembre, ¿hay milagros?

Fue en 1992 cuando me volví hincha, casi fanático, del Sport Boys del Callao. Antes había sido simpatizante, pero por esas fechas me convertí en ese tipo de personas adictas a los relatos radiales (todavía no había CMD, ni nada parecido) que transformaban a los partidos del fútbol peruanos en encuentros dignos del mundial del 78.
¿Por qué fanático del Boys? Bueno, creo que siempre me he caracterizado por desear lo difícil y por tener gustos poco ortodoxos. En mi salón de clases, varios eran de la "U", otros tantos de Alianza (que no campeonaba hacía quince años) y unos pocos del Cristal (todavía no había logrado su baño de popularidad conocido como tricampeonato); entonces no me pareció mala idea el ser hincha del equipo rosado. Otra razón de fuerza para ser hincha del Boys: tres geniales jugadores.
Carlos Henrique París era un puntero de aquellos. Un brasileño rapídisimo con poca puntería en el arco pero compensada por centros precisos. Yo lo vi (o escuché) en el ocaso de su carrera, dicen que era mil veces mejor dos años atrás, pero igual se volvió uno de mis ídolos. Marco Dos Santos 'Marquinho' era un crack. Un tiro libre al borde del área era un gol seguro para el Boys. Un diez brasileño de esos que ya no se ven. Al siguiente año pasó a Cristal, pero o novedad, nunca fue el mismo. Lo mejor para el final: Jacinto Rodríguez. Un arquerazo. Para él ser figura de la fecha era tan fácil como amarrarse los chimpunes. En Medellín todavía lo deben recordar por las atajadas que se hizo. Alguna vez lo vocearon para tapar en la selección paraguaya y acá lo querían nacionalizar. Con ese trío era difícil no estar tentado a ser hincha del Boys. Buenos tiempos pues.
Los años pasaron y las oportunidades del Boys se fueron esfumando. Ahora lucha por no bajar de categoría. Ya no soy tan fanático, pero igual sufro cuando mi equipo pierde puntos importantes. Y me duele profundamente saber que mi cuadro está al borde del precipicio. Pero, a pesar de no creer en Dios, creo en los milagros. Espero que diciembre me de la razón.

p.d. ¿Será el único milagro de diciembre?