domingo, enero 27, 2008

Is the freak, like me

Muchas circunstancias hicieron que me chocara la muerte de Heath Ledger. El deceso una semana antes del bajista de los Babasonicos, la ansiada espera de "The Dark Knight", su actuación en "Brokeback Mountain", su corta edad, me hicieron sentir un escalofrío en el cuerpo, una rara sensación si se toma en cuenta que solo conocí a Ledger a través de la pantalla. El actor australiano era para mi uno más del montón de actores sin ton ni son hasta que lo vi en la cinta de Ang Lee, película en la que a mi entender dijo una de las frases mejor construidas para un final de la película: ""Jack, I swear...." y completó una actuación monumental, que como era de esperar no fue premiada con un Oscar. Luego lo anunciaron como el Joker de la segunda parte de Batman y, pese a su anterior gran actuación, dudé de la elección, pero luego tras ver el trailer aplaudí la decisión de Christopher Nolan. "Un actorazo", me dije.



Entonces derepente y con todos los ojos del mundo encima fallece Ledger, en circunstancias que indican que sería un suicidio. Lo primero que me vino a la cabeza fue cómo un actor con todo a su favor (fama, dinero, reconocimiento) podía quitarse la vida. Tras leer su biografia personal creo entender un poco todo. Ledger era un actor autodídacta que se metía en el personaje hasta dejar la carne en él. Podía convertirse como un cowboy gay, músico en drogas o payaso loco gracias a una profunda sensibilidad que lo hacía sufrir más de la cuenta. Una sensibilidad capaz de dejarlo indefenso ante una separación amorosa o un trabajo actoral demasiado intenso. A este cóctel le añademos un importante detalle, una timidez incompatible con la fama y la atención de los medios. Un cáracter capaz de llevarlo, pese a ser todo lo contrario a un payaso loco, a decir: "There is the freak, like me" y apagar la luz del camino.