domingo, febrero 11, 2007

El verdadero héroe

¿Cómo un republicano puede hacer una película como esta? Esa es la pregunta que muchos se hacen después de ver "Flags of our fathers" (la mal traducida "La conquista del honor"), una fiera crítica a la guerra no esperable de parte de un inscrito en el partido de George W. Bush. Pese a que no es la primera vez que le da un enfoque liberal a un tema polémico ("Million dollar baby", "Mystic River"), en esta oportunidad es tan dura la crítica que deja que pensar la posición del ex gobernador republicano. ¿Es realmente Eastwood un conservador? ¿Por qué sigue afiliado en el partido republicano? ¿Por qué se niega a criticar a Bush? Quizás su última película responda la pregunta.
En "Flags of our fathers", Eastwood busca romper con el mito del héroe único, el personaje que se ubica por encima del resto. Prefiere hablar del héroe anónimo, del que se sacrifica sin buscar nada a cambio, del que no espera un aplauso porque asume que simplemente está cumpliendo con su trabajo. A ellos les hace un tributo que termina siendo un boomerang a mi modo de ver.
Si uno ve a Eastwood es difícil no quedarse con la impresión de un hombre disciplinado, metódico, guiado por una disciplina y un honor pecualiares. Característica que guardan para sí, los soldados de las viejas películas de guerra, los cowboys solitarios, los hombres que luchan contra las circunstancias, contra la adversidad. Los héroes anónimos. Esos personajes parecen atrapar ahora a Eastwood. Pese a que ya no actúa se meten en su cuerpo y piden hablar a través de él. Ahora el director les da voz y se convierte en su heróe. Pero, claro, su disciplina le impedirá hacerlo público, nunca se atreverá a mostrarse como un héroe. Al fin y al cabo solo está cumpliendo con su trabajo. Solo está filmando una película.

martes, febrero 06, 2007

Al maestro con cariño


Feliz cumpleaños!

sábado, febrero 03, 2007

El detalle que ocultaba (Escondido)


El secreto oculto, el acontecimiento que escondemos en lo más profundo de nuestro ser, la información que nos hace repudiables. Con ese concepto juega Michael Haneke en Caché (Escondido), la cinta que le permitió ganar el premio al mejor director en el festival de Cannes del 2005. En la cinta el conductor de televisión Georges Laurent (Daniel Auitiel) se enfrenta a una cámara que no puede ver, que lo registra sin maquillaje, que va a ser capaz de penetrar en lo más recóndito de su ser. Lentamente Haneke nos muestra como su atormentado protagonista se va dando cuenta que ya no es capaz de editar esa parte de su vida que considera desagradable, que siente, a pesar que no lo admite, que lo hace ver como un ser repulsivo. El escondite ya no le servirá de escapatoria, ahora su mujer Anne (Juliette Binoche) lo conocerá tal como es. Se sentirá a merced de aquellos que conocen el detalle que ocultaba. Y lo más meritorio de todo es que a uno no le termina dando pena su situación. Una virtud de Haneke, un director que sabe desnudar a un personaje, que lo exprime hasta dejarlo tendido en su cama.

p.d. ¿A morto? Completo!